Los galos fueron uno de los pueblos celtas que ocuparon una parte de la región denominada La Galia a mediados del siglo I A.C., ellos participaron en lo que se denominó Guerra de las Galias, estaban ubicadosespecíficamente la zona que hoy se conoce como Europa Occidental, donde se asentaron en lo que hoy conocemos como Francia, Suiza, Holanda e Italia.
Ubicación de los Galos

Sin embargo, para el siglo III A.C. los galos llegaron hasta oriente, ocupando lo que hoy conocemos como Asia Menor, específicamente la zona llamada Capadocia y Galacia, por lo que más tarde recibieron el nombre de Gálatas.
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Origen de los galos ¿Quienes eran los galos?
Antes de empezar a hablar del origen de los galos, podemos responder quiénes eran los galos. Los galos fueron un conjunto de tribus celtas que se asentaron entre los ríos Sena y Garona, ubicados en una región que los romanos llegaron a denominar la Galia o Galliae y, a su vez llamaron a su población los galos o galli. César llegó a diferenciarlos de los belgas y los aquitanos, tribus que también ocupaban una parte de las Galias.
El origen de los celtas se ubica en la Edad de Hierro, alrededor del año 800 a.C. Sin embargo, el origen de los galos se ubica unos años después en el año 450 a.C. Claro, aunque es cierto que los galos se originaron de los celtas, estos tuvieron que pasar ciertos cambios culturales y organizativos que llevaron al crecimiento de la población y también de su riqueza como tribu. Además, poseían más ornamentos, armamento y herramientas para trabajar la artesanía, las cuales se repartieron a los estratos de población más grandes.
Posteriormente, a finales del siglo II y principios del siglo III, estas tribus celtas comenzaron una expansión de territorio hacia el norte de la Galia y también hacia el oeste de los Alpes, llegando a ocupar incluso regiones como los Balcanes, el mar Negro, los Alpes y hasta el Atlántico, región que abarcaba también las islas británicas, el norte de Italia y una parte de la península ibérica. Cabe destacar que esta expansión trajo como consecuencia una especie de pérdida de identidad, ya que las tribus no mantuvieron por completo su cultura de forma homogénea, en algunos territorios eran simplemente extranjeros.
Los galos eran tribus, es decir, grupos familiares que estaban unidos por el mismo origen étnico. Estos grupos familiares o tribus estaban conformadas por miles o en algunos casos hasta decenas de miles de individuos distribuidos en espacios de tierra delimitados por elementos naturales, como ríos, montañas, bosques, entre otros, lo cual equivalía como a la actual comarca. Estos pueblos galos generalmente se agrupaban entre 200.000 y 600.000 personas que luego llegaron a denominarse como arvenos, eduos, senones y secuanos. Sin embargo, la historia de estos pueblos ha demostrado que pequeñas diferencias entre la cultura y los intereses hicieron que estos lucharan entre sí y tuvieran que establecer confederaciones y tratados que se modificaron. Aun así, estos lucharon unidamente frente a los romanos en años posteriores.
Organización política de los galos
Al igual que otros pueblos celtas, los galos no tenían una organización política o social muy elaborada. Estaban controlados por un jefe o líder, especialmente en el ámbito militar, el cual los guiaba y peleaba por ellos. Contaban con personajes destacados en lo militar que entrenaban a los ejércitos y los guiaban en las batallas.
Religión de los galos
La Galia estaba dirigida en el aspecto religioso por los druidas, sacerdotes que ocupaban una posición importante y destacada entre los celtas asentados en la región de Europa occidental. Estos también se encargaban de prestar educación a los más jóvenes en calidad de tutores y, más tarde, cuando llegó el dominio de los romanos, fueron reconocidos por estos como personajes importantes.
Sin embargo, más adelante también recibieron una gran influencia del cristianismo promovido por los romanos, el cual se había extendido por todos sus dominios, incluyendo la parte conocida como La Galia.
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Economía de los galos
La economía de los galos dependía ampliamente de los minerales presentes en sus tierras, especialmente en la zona que hoy se conoce como Francia, donde había una gran presencia de hierro. Este mineral se trabajaba en varias etapas por medio de un horno especial, con lo que se conseguía manufacturar productos de buena calidad a fin de venderlos a otros pueblos y también para uso personal.
Entre los productos fabricados del hierro que hacían los galos podemos mencionar distintas armas como espadas, escudos, cascos, puñales, jabalinas y lanzas. Otros productos tenían que ver con la agricultura como hoces, esquiladoras, rejas de arado, azadas, guadañas, ganchos, entre otros.
Además, herramientas que servían para trabajos artesanales y de forjado entre las que se pueden contar hachas, martillos, tijeras, limas, punzones, anzuelos, cuñas, broches y clavos. Y no podían faltar los útiles caseros como cucharas, cuchillos, cadenas, anillos, cerraduras, llaves, brazaletes, ganchos, baldes, soportes, mesas, sillas, entre otros.
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Por otro lado, la economía de los galos también dependía en gran medida de la agricultura, con la cual cosechaban el trigo y otros cereales y granos. Además, la caza también representó una parte de su economía, ya que vivían en zonas boscosas, donde luego se construyeron granjas agrícolas muy ricas en variedad de ganados.
Personas destacadas de los galos
Existieron varios personajes galos que resultaron sobresalientes en la historia, entre estos podemos citar a los siguientes:
- Lucterio: Fue un jefe galo de la tribu de los carducos, asentados en lo que hoy se conoce como Cahors y Quercy. Fue destacado por ser el último jefe galo en oponerse con todas sus fuerzas al imperio romano liderado por Julio César en lo que se conoció como la Guerra de las Galias.
- Breno: Este fue un rey galo conocido por invadir Macedonia en el siglo III A.C. y atacar Grecia (Antigua Grecia), liderando un conjunto de tribus celtas poderosas. Sin embargo, como consecuencia de una herida mortal de guerra falleció, lo cual hizo que una parte de los galos se regresara a la Galia y otros se establecieran en el reino de Galacia, la actual Asia Menor.
- Crixo: Fue un esclavo galo, pero luego llegó a convertirse en gladiador y dirigió una rebelión junto a un grupo de poderosos esclavos entre los que se cuentan Enomao, Espartaco, Castus y Gannicus, la cual llegó a conocerse como la Tercera Guerra Servil.
- Espartaco: Fue un esclavo tracio que más tarde, en los años 73 a 71 A.C. se convirtió en un poderoso comandante de las fuerzas germanas en lo que se conoció como la Tercera Guerra Servil. Llegó a ser temido por los romanos desde que se enfrentó con éxito a dos legiones pretorianas de romanos, para luego formar un ejército de unos 70.000 hombres equipados con armas y caballos. Parece ser que su plan era liberar a la mayor cantidad de esclavos posibles y sacarlos por los Alpes, desde donde podían huir a territorios que no estaban dominados por el imperio romano.
Cultura de los galos
Los galos fueron evolucionando a través del tiempo y mejorando su cultura. Los galos eran pueblos bárbaros que pasaron de ser ser seminómadas, a más tarde ser sedentarios ya que disponían de diversidad de riqueza, de acuerdo al territorio que habitaran, pero que al mismo tiempo mantenían las mismas creencias religiosas y sobretodo el mismo espíritu guerrero que los caracterizaba.
Llegaron a ser conocidos como guerreros despiadados debido a sus técnicas metalúrgicas y por ende la gran cantidad de armas que fabricaron de excelente calidad. Además, una de sus costumbres en la guerra era ir totalmente desnudos, solo con sus armas y su escudo, todo esto con el fin de atemorizar al enemigo. Tenían un carácter un tanto rebelde e intrépido, por lo cual eran temidos por otros pueblos, incluidos los soldados de la antigua Roma.
Grandes aportes de los galos
Los aportes culturales que dejaron como legado los galos se ubican especialmente en el campo de la artesanía y herrería, ya que debido a la fabricación de diversos objetos y herramientas de hierro, lograron adquirir amplios conocimientos en el tratamiento de este mineral.
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En este aspecto se puede destacar el barril, un invento netamente galo que mezclaba la madera con el hierro forjado, utilizados para contener distintos alimentos y hasta líquidos como el agua Por otro lado, la cota de malla fue otro invento celta que también implementaron los mismos romanos y que perduró hasta la Alta Edad Media, un invento que resultó bastante útil en las distintas guerras libradas en aquellas épocas.